Durante el mes de septiembre, la Dirección Ejecutiva de Cuarentena Agropecuaria del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) registró un total de 1,396 kilogramos de productos agropecuarios decomisados a nivel nacional, de los cuales 948 kilogramos correspondieron a productos de origen vegetal y 448 kilogramos a productos de origen animal.
El Aeropuerto Internacional de Tocumen se mantiene como el punto con mayor cantidad de decomisos, debido a la naturaleza del tránsito internacional que se registra en este puerto aéreo. En este punto, el personal técnico de Cuarentena Agropecuaria ejecuta controles rigurosos para impedir el ingreso de productos agropecuarios sin la debida autorización sanitaria.
Entre los productos decomisados durante el periodo se encontraron maíz, habas verdes, frutas, flor de Jamaica, chorizo, salchichas y morcilla, procedentes de distintos países, los cuales fueron decomisados por ser productos de interés cuarentenario que cuentan con requisitos fitozoosanitarios establecidos por los normativos, para su ingreso al país.
Estos productos se encuentran regulados debido al riesgo fitozoosanitario que representan, al poder ser portadores de plagas y/o enfermedades que amenazan la sanidad agropecuaria nacional.
El subdirector de la Dirección de Cuarentena Agropecuaria, Luis Benavides, explicó que las causas de un decomiso son diversas. Pueden estar relacionadas con la falta de documentación reglamentaria como licencias, permisos o certificaciones.
Adicionalmente, el decomiso es inmediato y el producto se destruye automáticamente cuando se detecta un problema fitosanitario o cuarentenario. Benavides también señaló el contrabando como otra causa de estas medidas.
Estas acciones se realizan conforme a los procedimientos técnicos y legales de decomiso, mediante el levantamiento de Actas Oficiales, donde se consigna la información del propietario, la descripción del producto y las causas de la medida adoptada.
De esta manera, la Dirección Ejecutiva de Cuarentena Agropecuaria del MIDA mantiene una vigilancia constante en los puntos de ingreso, previniendo la introducción de plagas y/o enfermedades que puedan afectar la producción agropecuaria y la salud del patrimonio agroalimentario nacional.