Panamá ha dado un importante paso hacia una agricultura más sostenible con la instalación de la primera cama biológica en la comunidad de Las Cumbres, Tierras Altas, provincia de Chiriquí, asistida por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), a través del Laboratorio de Residuos de Plaguicidas de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal y evaluada en su eficiencia la degradación de los plaguicidas.
Esta estructura, implementada por el productor de hortalizas Jorge Barría, está diseñada para gestionar de forma segura los residuos de plaguicidas y otros productos fitosanitarios, facilitando su degradación biológica y previniendo la contaminación de suelos y fuentes hídricas.
La jefa del Departamento de Coordinación de Servicios Técnicos de Análisis Químico del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), Brenda Checa, destacó que esta tecnología representa un avance clave en el marco de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). “Es fundamental que los productores comprendan la importancia de prevenir la contaminación mediante el uso de herramientas como las camas biológicas”, afirmó.
Las camas biológicas es una construcción sencilla que tiene como función principal destruir las moléculas de los plaguicidas que resulten del lavado de bombas de aspersión, de los envases sometidos al triple lavado, e incluso de derrames. En su forma más simple una cama biológica es un hoyo excavado en suelo y luego rellenado con una mezcla de paja, tierra y restos de otros materiales vegetativos y hojas secas. Son estructuras activas y sostenibles que permiten la retención y degradación microbiana de residuos fitosanitarios.
Barría, facilitó información sobre los 25 plaguicidas que utiliza en su finca, y servirá como modelo piloto para otros productores interesados. Esta iniciativa se enmarca en un proyecto de cooperación Sur-Sur entre Panamá y Uruguay, enfocado en el intercambio de conocimientos y capacidades técnicas en el sector agrícola.
La doctora María Verónica Cesio, experta uruguaya que participó en la instalación, señaló que la experiencia en su país ha sido altamente positiva, y expresó confianza en que los resultados en Panamá serán igualmente exitosos.
Además, Gabriel Hernández, jefe de Buenas Prácticas Agrícolas y Trazabilidad del MIDA, y Elvis Barrios, coordinador de Sanidad Vegetal en la provincia de Herrera, participaron en la construcción de la cama biológica, con la expectativa de replicar el modelo en la región de Azuero, como contrapartes del Proyecto por lo que promueven la instalación de camas Biológicas como una herramienta más en las BPA.
Sanidad Vegetal dará seguimiento gratuito durante un año a través de análisis de laboratorio para monitorear el grado de degradación de los plaguicidas. Posteriormente, las evaluaciones continuarán de forma anual, garantizando así la eficacia y sostenibilidad del sistema.
Esta iniciativa representa un paso firme hacia una agricultura más limpia, responsable y comprometida con la protección del ambiente y la salud pública.