Con el objetivo de impulsar una industria alimentaria más informada, responsable y enfocada en el bienestar de la población, la Dirección Nacional de Agroindustrias del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), en coordinación con el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) realizó una jornada de capacitación dirigida a técnicos agroindustriales de diversas regiones del país.
La actividad, llevada a cabo en el Centro de Investigación y Transferencia de Tecnología Agroindustrial (CITTA), La Montuna de Divisa, tuvo como objetivo fortalecer las capacidades técnicas de los participantes en el uso de las Tablas de Composición de Alimentos de Centroamérica, enseñándoles su aplicación práctica en el análisis nutricional de productos y en la elaboración del etiquetado nutricional.
Uno de los puntos abordados fue la necesidad de reconocer los nombres regionales de los alimentos. En muchos casos, un mismo alimento puede tener diferentes denominaciones en Panamá, El Salvador o Guatemala. Además, se incluyó una columna con nombres en inglés, ya que en el mercado local abundan productos con su denominación internacional, lo que puede generar confusión en su identificación.
La tabla está estructurada en 25 grupos de alimentos, y se resaltaron especialmente los grupos 23, 24 y 25, que contienen alimentos especiales como productos sin gluten o diseñados para personas con condiciones específicas de salud, así como snacks y bebidas de consumo rápido.
Durante la jornada también se reflexionó sobre la diferencia entre “alimento” y “producto”. Se explicó que un alimento puede tener un perfil nutricional beneficioso o dañino, dependiendo de su composición y manipulación. Asimismo, un producto puede ser saludable o no, y todo depende de sus ingredientes y la forma en que se procesa.
Se recalcó que todo lo que consumimos tiene un impacto en el cuerpo: puede aportar nutrientes esenciales o simplemente llenar sin nutrir. Por eso, la tabla de composición se basa en una línea de nutrientes básicos —como proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales—, permitiendo identificar qué tan nutritivo es un alimento.
La actividad incluyó ejercicios prácticos para interpretar los datos nutricionales, calcular valores energéticos y traducir esta información en etiquetas comprensibles para el consumidor. Este enfoque permitió a los técnicos comprender cómo transformar la información técnica en herramientas útiles para el desarrollo de productos agroindustriales más saludables, con cumplimiento normativo y valor agregado.
Esta capacitación forma parte del compromiso del MIDA y sus aliados internacionales de fortalecer las capacidades técnicas del recurso humano agroindustrial, brindándoles herramientas para una toma de decisiones informada, el desarrollo de productos seguros y nutritivos, y la promoción de una alimentación más saludable y contextualizada.
Esta iniciativa es parte del compromiso del MIDA y sus aliados internacionales por fortalecer las capacidades del talento humano en el sector agroindustrial con el objetivo de impulsar una industria alimentaria más informada, responsable y enfocada en el bienestar de la población.