El Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), que lidera Roberto Linares, está apostando por la tecnología y la educación para transformar el sector, con el enfoque particular de atraer los jóvenes al campo. Al respecto, el viceministro del MIDA, Francisco Ameglio, destacó la importancia de integrar herramientas como la inteligencia artificial, la agricultura digital y sistemas de información geoespacial para hacer del agro un sector más eficiente y atractivo para las nuevas generaciones.
«Los jóvenes están conectados, motivados por la inteligencia artificial y la tecnología. Desde la escuela debemos promover que del campo se puede vivir bien, pero innovando”, afirmó.
En este sentido, indicó, el Instituto Nacional de Agricultura (INA), con más de 800 hectáreas y una matrícula de 200 estudiantes, está liderando un cambio educativo.
Gracias a una nueva ley que lo transforma al Instituto Técnico Superior de las Américas, el INA implementará un modelo de agro negocios con el apoyo de un fondo no reembolsable del CAF y UNOPS. Se trata de un convenio de cooperación por un monto de 75 mil balboas para el estudio de componente de agro negocios, que se firmará la próxima semana y del cual el MIDA participará de la firma como testigo de honor.
Este modelo busca inculcar en los estudiantes una mentalidad empresarial desde el primer año, combinando práctica en el campo con tecnología y gestión. “Queremos que los jóvenes no solo siembren o cosechen, sino que transformen la materia prima, manejen cadenas de frío, distribución y aprendan administración y ventas”, explicó Ameglio.
En el tercer año, los estudiantes se enfocarán en la gestión empresarial y comercialización, asegurando que su producción tenga un mercado garantizado.
El MIDA también está implementando tecnologías avanzadas para apoyar a los productores a través de la Oficina de Sistemas de Información Geoespacial (OSIGA), que utiliza satélites y drones, con los que se recopilan datos en tiempo real para calcular rendimientos y optimizar la producción. “Podemos visitar fincas, analizar parcelas y calcular por metro cuadrado. El potencial para ayudar a los productores para ser más eficientes es infinito”, señaló el viceministro.
Sin embargo, advirtió que la adopción de tecnología debe ser cuidadosa, ya que los modelos son costosos y deben garantizar eficiencia.
Un ejemplo destacado –detalló Ameglio- es el Plan Café Robusta Nacional, que promueve la producción de este grano en tierras bajas. Este proyecto involucra a empresas privadas para seleccionar semillas genéticamente avanzadas y clonadas para triplicar la producción en menos tiempo.
“Con el respaldo del MIDA, garantizamos que el productor siembre con lineamientos técnicos y que la empresa privada compre el producto, creando un negocio eficiente”, destacó el funcionario.
Este modelo, que incluye planes de negocio financiados por la banca, busca aprovechar la alta demanda global de café.
Ameglio también resaltó el potencial de rubros como la producción ovino-caprino y porcina. En el caso de los ovinos, se están organizando productores para establecer una ley que fomente el sector, mientras que la apicultura, la caficultura y la ovino cultura se promueven como actividades compatibles que maximizan la eficiencia de las fincas. “Una finca puede producir café, miel y carne ovina, todo con un enfoque sostenible y rentable”, afirmó.
Con estas iniciativas, Panamá busca no solo modernizar el agro, sino inspirar a los jóvenes a verlo como una oportunidad de emprendimiento y desarrollo sostenible, demostrando que el campo puede ser tan innovador como cualquier industria tecnológica y una actividad de grandes oportunidades.
Finalmente, el viceministro dijo que se debe producir con eficiencia, pensando en transformar en algún punto de la producción y hacia la exportación de lo que producimos.