Los esfuerzos de Panamá en materia de acción, prevención y producción de moscas estériles para la erradicación de la enfermedad que produce el gusano barrenador del ganado, compartió el ministro de Desarrollo Agropecuario Roberto Linares, con su homólogo de Agricultura, Seguridad Alimentaria y Empresa del Gobierno de Belice, José Mai.
El funcionario beliceño arribó a suelo panameño acompañado de su viceministro, Servulo Baeza, el asesor de su despacho, Hugo O’ Brien y el representante en Belice del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), Fermin Blanco.
El ministro Linares recibió a la comitiva y les reafirmó los lazos de amistad con el país centroamericano y la cooperación mutua orientada a fortalecer el trabajo que desarrollan ambas naciones en favor de la población y productores.
Posteriormente, el ministro panameño recorrió junto a Mai y su equipo de trabajo la Planta Productora de Moscas Estériles de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG), ubicada en Pacora.
Allí, el jefe de la cartera agropecuaria panameña elogió el trabajo que desempeñan unos 520 colaboradores de COPEG para darle soporte a la nación panameña y a Centroamérica en esta lucha contra la compleja enfermedad.
La planta productora de moscas estériles tiene una capacidad de producción de 90 millones de pupa semanalmente.
El ministro Linares afirmó que la educación sanitaria es fundamental para combatir la plaga y señaló que el éxito de este arduo trabajo depende en gran medida de la concienciación y colaboración de los productores.
«Sin la educación del pequeño productor no serviría de mucho el programa, tenemos que esforzarnos en educación y que se conozca realmente de donde viene el problema y como evitarlo», dijo.
Por su parte, Janina Subía, jefa de Epidemiología en COPEG, destacó que la plaga es una invasión de los tejidos de todos los animales de sangre caliente por lo que es un trabajo arduo tratar de proteger una amplia gama de hospederos.
Explicó que una mosca que se cruza una sola vez en su vida puede poner hasta 1,800 huevos, de estos alrededor de 900 son hembras y cada una de estas pone un aproximado de 300 huevos, lo que significa un crecimiento exponencial de gusano barrenador.
Expertos de COPEG explicaron que entre los factores que podrían haber influido en la reaparición de la enfermedad destaca el cambio climático, aumento de la densidad de la ganadería, rutas comerciales y ganadería.
Asimismo, la pandemia del Covid-19 contribuyó en gran medida a la expansión de la enfermedad debido a que el confinamiento trastocó la cadena logística de suministro de materia prima utilizada en plantas para producir el insecto estéril.
Además, se redujo la operatividad en los puestos de control y las inspecciones de campo necesarias para garantizar que los animales estén sanos y en buenas condiciones.
En el recorrido, el personal de COPEG informó que, para la cría en masa, el GBG se alimenta con una dieta artificial y se mantiene en ambientes controlados que simulan las condiciones naturales; sin embargo, permiten el dominio completo del desarrollo del ciclo de vida del insecto – huevos, larvas, pupas, adultos – para una producción óptima y cumplir con los requisitos para la dispersión en la barrera biológica.
Actualmente, a la semana epidemiológica 42 se reportan un total de 20,302 casos positivos de gusano barrenador en todo el país.